Beleño negro ( hyoscyamus niger )
El nombre de beleño se relaciona estrechamente con toxicidad. Beleño fue sinónimo de veneno y embeleñar, es decir, adormecer a alguien mediante el uso de esta planta, equivalía a envenenar. No es ajeno a ello la sentencia: “Al que come beleño no le faltará el sueño”. Ciertamente las cualidades hipnóticas de esta planta son dignas de consideración ya que crea sensaciones de pérdida de peso, ligereza e ingravidez y se siente la realidad de volar por los aires. Se cuenta que en la Edad Media, los gitanos arrojaban semillas de beleño al fuego de los baños públicos con el fin de trasponer y robar las pertenencias a los bañistas, una vez que aquellas liberaran sus peligrosas sustancias.
Los intoxicados por beleño se sumergen en estados narcóticos; estas virtudes son comunes al beleño blanco y al beleño negro. Hoy en día sus formas farmacéuticas son múltiples y los médicos lo usan en sus preparados asociándolo a otros medicamentos. El beleño, diabólico en su época, se ha reconciliado con su doloroso pasado dado al uso que hoy en día se le da en la medicina y en la farmacia.
Características de la planta
El uso del beleño era conocido ya en los siglos V y VI. Los antiguos egipcios se valían del aceite de beleño para el alumbrado, sacando de las semillas un aceite para sus lámparas mágicas. También en Egipto sus habitantes utilizaban las hojas de una variedad de beleño no venenoso para dormir a los niños. Homero describió algunas bebidas mágicas cuyos efectos parecen indicar que el beleño era su principal ingrediente. Desde tiempos muy remotos se conoce la propiedad del beleño para mitigar el dolor y se empleaba para aliviar los sufrimientos de los sentenciados a tortura y muerte, ya que tiene la ventaja de que no sólo alivia el dolor sino que induce a un estado de completa inconciencia. Además, el zumo hervido de esta planta, forma una jalea blanca y brillante, que puede usarse en pintura y las hojas se utilizan para teñir la lana de color aceitunado.
La planta de beleño tiene un tallo cilíndrico y velloso, sus hojas son oblongas y de tono oscuro y sus flores de un color amarillo pálido. La raíz es fusiforme y el fruto es una baya con semillas grisáceas de olor penetrante que muchos califican de «nauseabundo». El principio activo del beleño es la hiosciamina, que tiene gran analogía con los alcaloides de las solanáceas. Tras la administración del beleño aumentan el ritmo cardíaco y la temperatura corporal, las pupilas se dilatan y generalmente se observan somnolencia y resequedad bucal. La planta crece en muros, junto a viviendas humanas, en corrales, escombreras, estercoleros, al borde de los caminos y en zanjas.
Cómo usarla y qué efectos produce
Tradicionalmente, con las hojas del beleño se preparan tés o decocciones. En usos rituales las bayas se utilizan aspirando el vapor que producen al quemarse. Entre sus componentes, la iosiamina y la hioscina en dosis bajas bloquean los receptores de la acetilcolina deprimiendo los impulsos de las terminales nerviosas; mientras que en dosis elevadas, provocan una estimulación antes de la depresión.
De acuerdo a un libro que consigna remedios antiguos, el beleño negro se usa en casos de hipocondría, cólico de plomo, enajenación mental, epilepsia, neuralgias y convulsiones. Además, sus hojas frescas se aplican exteriormente en tumores y úlceras; mientras que ya secas, se recomienda fumarlas en forma de cigarrillos para las enfermedades del pecho. También se supone que hervidas con leche, calman los dolores reumáticos crónicos. En la medicina moderna los alcaloides del beleño tienen aplicaciones similares a las de la atropina y otras especializadas como el tratamiento preventivo en casos de asma bronquial y para reducir la secreción excesiva del tracto respiratorio durante la anestesia por inhalación.
sigueme en facebook pagina el grial del tarot
Mi canal youtube
sigueme en blogger
si tienes dudas de amor, trabajo o quieres contactar a nivel espiritual
no te olvides me puedes consultar : + 34 696422736