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El Grial del Tarot

Quien era Abraxas

mayo 28, 2016

Quien era Abraxas

Mucha gente se pregunta quién ese «pollo», en cuestión… asi que hoy hablaremos de Abraxas.

Herman Hesse, en su novela «Demian», hizo la referencia moderna más conocida de esta criatura de la mitología antigua. Decía algo así como:

«El pájaro rompe el cascarón. El huevo es el mundo. Quien quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El Dios es Abraxas».

En la figura de Abraxas, confluye todo: El Bien y el Mal, la Luz y la Oscuridad, la Sabiduría y la Ignorancia, el Amigo y el Traidor. Así que Abraxas, es al mismo tiempo Dios y el demonio.

Abraxas, era conocido por los etruscos y por los druidas celtas y muy seguramente se inspiraba en el dios egipcio: Abrak Sax, que quiere decir «Palabra Sagrada».

Se le representaba como un ser con cabeza de gallo, y que en vez de piernas, tiene dos serpientes, que porta un látigo y un escudo. Tuvo gran importancia en la antigüedad, y se grababa en piedras, como un talisman protector por los gnósticos.

Muy seguramente, este ser y algunos sellos templarios en los que aparece, debieron pertenecer a esa Orden, dentro de la Orden… la elite con conocimientos esotericos que buscaba la sinarquía universal.

Abraxas, además esconde la palabra hebrea, abra’ kesa, que significa «esconde el cuatro», en clara alusión al Tetragramatón.

Carl Gustav Jung, el psicoanalista suizo, incluyó a Abraxas, en varias de sus obras. Siendo la más criptica y compleja, la obra que que llevaba el nombre de «Siete Sermones a los muertos», que firmó con el seudonimo de «Basilides», donde Jung, escribe como si se hubiera tratado de un antiguo gnóstico, iniciado en viejos misterios. Texto complejo y a la vez bellisimo de leer. En el Tercer sermón de Jung, leemos:

El Tercer Sermón
Los muertos se acercaron como la neblina desde los pantanos y gritaron: «-¡Continúa hablándonos del Dios supremo!»13133255_489689227892989_7914937715013848160_n

Abraxas es el dios que es difícil conocer. Su poder es el supremo, pues el hombre no lo percibe en absoluto. El hombre ve el summum bonum (bien supremo) del Sol, y también el infinitum malum (mal infinito) del Diablo, pero no ve a Abraxas, puesto que es la Vida indefinible misma, que es la madre de lo bueno y lo malo. La vida parece más pequeña y más débil que el summum bonum (bien supremo), por lo que es difícil pensar que Abraxas habría de reemplazar al Sol en su poder, que es la fuente radiante de toda fuerza de vida. Abraxas es el Sol y también el abismo eternamente abierto de vacuidad, de quien disminuye y disimula, del Diablo.

El poder de Abraxas es doble. No podéis verlo, pues en vuestros ojos la oposición de este poder parece anularlo. Lo que es dicho por el Dios-­Sol es vida; lo que es dicho por el Diablo es muerte. Sin embargo, Abraxas pronuncia la palabra venerable y la maldita, que es, al mismo tiempo, la vida y la muerte. Abraxas genera la verdad y la falsedad, el bien y el mal, la luz y la sombra con la misma palabra y la misma acción. Por lo tanto, Abraxas es verdaderamente el terrible. Es magnífico como el león en el preciso momento en que derriba a su presa. Su belleza es como la de una mañana de primavera. En efecto, él mismo es el Pan mayor, y también el menor. Es Príapo. Es el monstruo del mundo inferior, el pulpo con mil tentáculos, es el retorcimiento de serpientes aladas y de la locura. Es el hermafrodita del comienzo más inferior. Es el señor de sapos y ranas, que viven en el agua y se dirigen a la tierra, y que cantan juntos a mediodía y a medianoche. Es la plenitud, que se une a la vacuidad. Es la sagrada unión; es el amor y la muerte de él; es el santo y su traidor.

Es la luz más brillante del día y la más oscura noche de locura. Verlo significa la ceguera; conocerlo es la enfermedad; adorarlo es la muerte; temerle es la sabiduría. No resistírsele significa la liberación.

Dios vive detrás del Sol; el Diablo vive detrás de la noche. Lo que Dios crea de la luz, el Diablo lo arrastra hacia la noche. Sin embargo, Abraxas es el cosmos, su génesis y su disolución. A cada don del Dios-­Sol, el Diablo le añade su maldición. Todas las cosas que vosotros pedís al Dios­-Sol generan una acción del Diablo. Todas las cosas que lográis a través del Dios­-Sol se suman al poder efectivo del Diablo. Así es el terrible Abraxas. Es el ser manifiesto más poderoso, y en él la creación siente temor de sí misma. Es la protesta revelada de la creación contra el Pleroma y su nada. Es el terror que el hijo siente contra su madre. Es el amor de la madre por su hijo.

Es el deleite de la tierra y la crueldad del cielo. El hombre se paraliza ante su rostro. Antes que él, no existen preguntas ni respuestas. Es la vida de la Creación. Es la actividad de la diferenciación. Es el amor del hombre. Es la palabra del hombre. Es tanto el brillo como la sombra oscura del hombre. Es la realidad engañosa.

Aquí, los muertos se lamentaron y se enfurecieron grandemente, pues aún eran incompletos13087822_489689247892987_3140862555086456235_n

Freud, y Jung, sabían muy bien que entrar en el mundo de Abraxas, puede llevarte al Conocimiento, a la Liberación o directamente a la Psicosis. Hay un libro muy interesante al respecto, que se titula «El laberinto de las estructuras». Eckhart y su desasimiento, están muy cerca de la postura gnóstica de Jung y Abraxas. Y es que cuanto más nos obsesionamos por encontrar lo bello y hermoso, más hallamos lo feo y oscuro. La diferencia está en que Eckhart, funde al hombre con Dios, y los gnósticos, con Jung, lo atan a una estrella distante y fija, que se llama Abraxas. Sin embargo el pleroma vuela, tanto en los textos de Ekhart como de Jung. Curiosamente Benedicto XVI, antes de ser nombrado Papa, en el año 92, cuando se le pregunta por Ekhart, dijo que no había que rehabilitar a Ekhart, ese monje medieval, porque nunca dejó de ser luz. ( Ortiz Acosta, Voces contra la Ortodoxia, teologos progresistas que disienten de la tradición).

El dualismo de Abraxas, es fácil de captar, de ahí que fuera utilizado por gnósticos, incluyendo a los cátaros y templarios.

Su cabeza de gallo, hace alusión al alba, la luz y el Sol, el Bien. El torso humano representa los poderes terrenales y la cruz y las serpientes de sus piernas, nuestro lado más oscuro. La forma de enfrentarse a ese lado oscuro de la fuerza, es con el escudo y el látigo que representan, la sabiduría y la autoridad.

Los especialistas en Mitología, no se ponen de acuerdo en si su origen es persa (Mazdeista) o egipcio. Fue muy usado por la secta de Basilides que era seguidor de Simón el Mago, y contenía al igual que el Temple, Tres Grados: el Material, el Espiritual, y el Intelectual. La doctrina de los Basiledianos, estaba muy relacionada con los ofitas gnósticos, que a su vez tenían un concepto del Cosmos, muy similar al de los cabalistas, con sus eones, emanaciones y sefirots.

Muchos especialistas en la Orden del Temple piensan que Abraxas, era el simbolo de la orden interna del Temple, pero otros como Michel Lamy, comentan que se ve en muchos documentos mercantiles que fueron firmados por los Preceptores de Francia. Es curioso que más del 10 % de los sellos templarios encontrados, tienen simbología claramente gnóstica. Y es que textos como el Levitikon, escrito en griego, presentaba a Jesús, como un iniciado en la Magia Egipcia y los conocimientos herméticos y gnósticos.

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