DIOSA MADRE
Veremos una parte del Universo femenino, visto por los diferentes rostros, con los que la Diosa Madre, se expresa en el mundo físico a través de la mujer. En el inconsciente colectivo están registradas las experiencias que marcan de forma profunda la vida de una mujer, como el ciclo menstrual, el inicio de la sexualidad, el embarazo, el parto y la menopausia. Estas experiencias producen un impacto diferente en cada ser femenino, las cuales son compartidas en todas las épocas, manteniendo el hilo de la trama que nos une de forma innegable con la Diosa que vive en todas nosotras. Diosa que se expresa en una multiplicidad de formas, que crece y se enriquece con el pasar de los siglos, llegando hasta los días de hoy intacta, como fue idealizada por las primeras Mujeres que dejaron sus huellas en esta Tierra, antes del Comienzo de los Tiempos. La mitología de la Diosa es uno de los arquetipos femeninos, y explica las diferentes experiencias vividas durante nuestra vida. Tradicionalmente se considera que la mujer debe atravesar tres etapas diferentes: la mujer joven, la mujer en su plenitud o mujer madura, y la mujer sabia y anciana. Estas experiencias psicológicas y físicas únicas caracterizan cada etapa, formando así los arquetipos pertenecientes a la mitología de la Diosa. Cada uno de los mitos de la Diosa, es un arquetipo que se expresa en la vida de toda mujer, produciendo un impacto directo sobre su psiquismo. Por eso, comprender la mitología de las diferentes Diosas, es comprender el reflejo que el arquetipo produce en nosotras: visto a la luz del mito, un pequeño detalle de nuestro comportamiento puede tener una importancia mayor y revelarnos las claves de un enigma que intentamos resolver desde hace mucho tiempo. La versatilidad de la mitología de la Diosa, posibilita que cada mujer reconozca sus propias experiencias y características dentro de su contexto, dibujando el sendero que la llevará a su verdadero yo, y por eso podemos decir… Hay una Diosa en y para cada Mujer. En el pasado, las Diosas hacían parte de la estructura religiosa y social de la sociedad de forma vívida. Desde el paleolítico superior, que se puede definir como el arborecer de la humanidad, los sistemas temporales para medir el tiempo, eran basados en la observación de las fases de la Luna. Estas fases que estaban vinculadas al ciclo menstrual y a los vestigios de los antiguos rituales usados en las ceremonias religiosas femeninas, nos hablan de la presencia intensa e influyente de la Deidad femenina. Las culturas agrarias que se asentaron en el Creciente Fértil de Mesopotamia, desarrollaron una Religión Cósmica, que implicaba la renovación constante y periódica de la Vida, siendo que el objeto de culto era La Diosa Madre. La Tierra era percibida como Madre, y todos -animales, plantas y hombres- eran sus hijos y estaban sujetos a Sus Leyes. El misterio de la sexualidad femenina, la asociación del ciclo femenino con el ritmo de la Luna, de la Tierra entendida como vientre, de la muerte de la semilla para la creación, son motivos fundamentales de la mitología de la Diosa Madre. Los pueblos primitivos se concentraban en torno a la oración y el rito, de la misma forma que la Vida se concentra en torno a la fuente de la Creación: El Vientre. La Diosa Primordial, era única e incluía en su figura todas las fuerzas de la vida, de la muerte y del renacimiento. Todas las mujeres eran Sus Sacerdotisas, servidoras de Su voluntad y de las manifestaciones terrenales de Su Poder y de Su Magia. Con el surgimiento de la cultura griega, altamente sofisticada y enormemente diferenciada, -si la comparamos con las civilizaciones mesopotámicas- podremos comprender mejor la influencia de la Diosa en la vida diaria de una mujer. La religión de la Grecia antigua refleja las ideas patriarcales de su estructura social; la poderosa y única Diosa ya no era el principal centro de culto, pues los Dioses masculinos también fueron incorporados al rico panteón griego. Muchas Diosas adoptaron la forma de la Diosa Primordial, cada una asumiendo un aspecto de Ella. La principal estructura del mito griego, estaba profundamente influenciada por la presencia de las Diosas. Ellas representaban el hogar y el vinculo de la mujer con el hombre, la vida natural de los animales, las plantas y la humanidad, la afirmación del valor, la fertilidad y el Amor Erótico. El pensamiento occidental es una herencia y una elaboración directa de la filosofía y la estructura religiosa griega clásica. El número de Diosas que han recibido culto por los diversos pueblos a largo de la Historia es muy extenso; por eso nos limitaremos a hacer una serie resumida . Hemos dividido a estas diosas en tres categorías, las diosas vírgenes, las vulnerables y las alquímicas.