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Alergias y mas alergias porque

marzo 20, 2016

Alergias y mas alergias porque

Pues bien, la palabra “alergia” es un término muy general para agrupar a todas aquellas reacciones físicas que se presentan al estar en contacto con un elemento exterior llamado alérgeno.

En Biodescodificación, los alérgenos no siempre son elementos físicos como el detergente, el polen, algún alimento o el pelo de gato.
En Biodescodificación, un alérgeno puede ser una palabra que se escucha, un objeto que vemos a lo lejos, un objeto que tocamos o un ruido particular.

¿Por qué?
Porque se ha descubierto que cuando vivimos un shock emocional muy fuerte, el inconsciente, simulando una cámara de 360°, graba en nuestra memoria todo lo que está ocurriendo en nuestro entorno, y guarda aquellos elementos, como «piezas» elementales de emoción negativa.
De esta forma, cuando, por alguna razón, nosotros nos enfrentemos nuevamente a alguna de aquellas «piezas», presentaremos una alergia.

Pero no es una alergia a la «pieza» en sí, sino a la emoción que dicha pieza representa.

Por ejemplo:

Una mujer camina por la calle, está lloviendo, el agua salpica sus zapatillas y la acera parece tornarse resbalosa. Son las 7pm y ella se dirige a su casa, ya sólo faltan un par de cuadras y al momento de cruzar la última calle, escucha una frenón de automóvil, un fuerte golpe, un grito y ve frente a ella a un hombre volando por el aire, ha sido atropellado.
La mujer queda horriblemente impactada al ver al hombre fallecido a dos pasos de sus zapatillas, que además de mojadas, ahora están manchadas de rojo.

La mujer se aleja, llega a su casa llorando, sufriendo el más horrible shock emocional de su vida. Toma un baño caliente, viste ropa abrigadora y retoma su rutina en el hogar, olvidando poco a poco el suceso.

Al pasar los meses, comienza a percatarse de que su nariz gotea con regularidad.
Asiste al Otorrinolaringólogo, quién no descubre nada anormal en su nariz.
Para la mujer, es molesta ésta circunstancia, porque no encuentra la razón de su problema.
Así ella continúa su vida y determina que ella padece una «alergia». Ella asume que su alergia es al polvo y a los contaminantes de la ciudad.
Todos sus amigos, asumen que la mujer es alérgica y siempre que la acompañan procuran llevar pañuelos desechables para ayudarle con su alergia.
Ella compra medicamentos todo el tiempo y los toma sin que éstos mejoren su situación.

Un día, la mujer se dirige nuevamente a su casa y otra vez está lloviendo, al llegar a la última calle debe cruzar, escucha un frenón de auto, automáticamente ella recuerda la vivencia del pasado y su nariz inmediatamente comienza a gotear.
Ella reacciona identificando que su alergia se ocasionó desde aquel día en que vio al hombre atropellado.

Una alergia provocada por toda una lista de piezas que la mujer manejaba todos los días de forma distinta y que la hacían, inconscientemente, sentir tristeza:

Caminar por la calle, la lluvia, la sangre, el frenar de un auto, sus zapatillas, mojarse los pies, usar su paraguas, ver accidentes o fotos de accidentes, ver su reloj y que fueran las 7.

Es hasta que la mujer toma conciencia de ese hecho que su alergia desaparece por completo, porque ha comprendido la emoción tan fuerte, que la ocasionó.

Otro ejemplo:

Una niña va con su padre a una juguetería, deberán comprar el regalo para el hermano menor de la pequeña, por su cumpleaños y la niña quiere elegir algo especial.1557590_10206117351235911_2278958730827685848_n

Dan vueltas y vueltas por los pasillos, mirando pelotas, carritos, rompecabezas, juegos de mesa, muñecos de acción y de pronto la niña descubre que se ha perdido.

No encuentra a su padre y siente mucho miedo.
Comienza a correr por toda la juguetería, gritando y llorando.
Ella siente que su padre la ha abandonado porque no lo encuentra.
De pronto, una encargada de la tienda le pide que se tranquilice, le explica que su padre a salido un momento a mover el coche porque estaba mal estacionado. La niña continúa gritando desesperada hasta que entra su padre corriendo y la abraza explicándole que sólo salió un momento.

Compran el regalo para su hermanito y salen ya muy tranquilos y felices.

A los pocos meses, en el cumpleaños de la niña, el padre le obsequia un oso de peluche para que lo coloque en su cama.
La niña está feliz con su regalo pero esa misma noche, comienza con pequeñas ámpulas en sus brazos.
El padre y la madre de la niña, asumen que la ha mordido alguna araña y la llevan al dermatólogo, que obliga a los padres a revisar minuciosamente la habitación de la niña para descartar insectos o ácaros.
Pasan los meses y la niña no soporta estar en su habitación, le lloran sus ojos, gotea su nariz y los brazos están llenos de ronchas.
Ninguna pomada o medicamente atenúan su alergia y los únicos momentos en que la niña está bien, es cuando no está en su habitación.

El padre comprende que debe haber una razón para su alergia y se sienta con su hija en la cama para platicar. El padre recuerda que la alergia de su hija comenzó en su fecha de cumpleaños, y recuerda además que ése día, él le dio aquel oso de peluche que está sobre la cama.
El padre toma al oso entre sus manos y le dice a su hija: ¿recuerdas aquel día en la juguetería?, ¿recuerdas que vimos éste oso y que te gustó mucho?
En ese momento la niña comienza a llorar diciendo que ese día ella pensó que no lo volvería a ver, que tuvo mucho miedo.

En ese preciso momento, la niña, sin quererlo, toma conciencia de que ese oso de peluche, representaba el miedo a no volver a su padre y tener a ese osito de la juguetería, todo en tiempo junto a ella en su habitación, le provocaba la alergia.

No era el peluche, ni los ácaros, ni una araña mordelona, era un objeto que representaba, una muy fuerte y mala emoción.
La alergia, desapareció al día siguiente.

A pesar de no estar conscientes de estas piezas y situaciones, la mente “graba” elementos físicos y ambientales que rodean a los impactos emocionales.
Es como activar una bomba de tiempo, que estallará como alergia, en cuanto alguno de esos elementos o piezas vuelvan a estar en contacto con nosotros.

Y lo mismo pueden alergias cutáneas, alergias por alimentos, alergias respiratorias.
Siempre habrán de buscarse los elementos o piezas que estaban en la escena del «impacto emocional».

Para esto, deberá tomarse consciencia de cuándo fue la última vez que yo estuve en presencia del alérgeno y no presenté mi alergia, con ello, ubicaremos claramente la edad que teníamos y la circunstancia emocional que estábamos viviendo,

Ahora, es importante aclarar una cosa más.
Hay alergias simbólicas.
Esto quiere decir, que muchos de los impactos emocionales o situaciones emocionales que vivimos, el inconsciente los relaciona con objetos simbólicos.

Por ejemplo:

Leche / Lactosa = Mamá.
Alimentos = Mamá
Sol = Papá
Chocolate = Papá
Polen = Decepción Amorosa
Polvo = Temas Sexuales
Gluten= Papá / Unión Familiar

Y además de esto, en Biodescodificación, también se ha descubierto que yo puedo ser alérgico a algo si soy doble de una persona de mi árbol genealógico que haya vivido el conflicto emocional. Yo heredo el conflicto programante y únicamente hace falta el detonante emocional, para que yo presente la alergia.

Akasha Sanación Integral – Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.

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